Sin duda, el hogar es el primer lugar donde podemos prevenir enfermedades crónicas no transmisibles. Sin embargo, también es un espacio donde estas pueden desarrollarse si no se adoptan hábitos adecuados. Puede parecer contradictorio, pero es así: si en casa se promueve un estilo de vida saludable entre todos los miembros de la familia, es posible mejorar significativamente la calidad de vida y prevenir afecciones como la obesidad, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras.
Para lograrlo, es fundamental adoptar buenos hábitos como una alimentación balanceada, una correcta higiene corporal, el lavado frecuente de manos, un buen descanso, la práctica regular de ejercicio físico y actividades que estimulen la mente, como la lectura, por mencionar algunas.
Higiene en el hogar
Un hogar limpio y ordenado es clave para prevenir la propagación de virus, bacterias y microbios, y con ello, evitar muchas enfermedades. Algunas acciones que podemos implementar son:
- Barrer y limpiar todos los días.
- Tender la cama a diario.
- Cambiar las sábanas al menos una vez por semana.
- Ventilar todos los espacios del hogar diariamente.
- Colocar mosquiteros en las ventanas para evitar la entrada de mosquitos y moscas.
- Sacar la basura a diario.
- Mantener limpios los baños (inodoros, duchas, lavamanos).
- Limpiar y recoger la cocina después de cada comida, lavando los utensilios de inmediato para evitar plagas.
- Si tienes mascotas, mantenlas en un espacio limpio y separado, sácalas a pasear todos los días para evitar que ensucien el hogar, báñalas con regularidad y asegúrate de que estén vacunadas.
- Cortar el césped con frecuencia para evitar que crezca demasiado y se convierta en un criadero de insectos.
Higiene personal
Mantenerse limpio es clave para conservar un cuerpo sano y prevenir enfermedades como la sarna, las micosis o las caries, entre otras. Para lograrlo, es importante poner en práctica estos consejos:
- Bañarse todos los días.
- Cepillarse los dientes al menos tres veces al día.
- Lavarse las manos antes de comer, al llegar al hogar, antes de preparar alimentos, y después de ir al baño.
- Cambiarse de ropa diariamente por prendas limpias.
- Si se siente mal, usar un cubrebocas para evitar contagiar a los demás.
- Al estornudar, cubrirse con el antebrazo, no con las manos.
- Mantener las uñas limpias y cortas.
Higiene en la comunidad
No solo es importante cuidar el hogar, también debemos mantener limpio y ordenado el entorno donde vivimos: el vecindario, el lugar de trabajo, las escuelas y los espacios públicos que compartimos. Estos lugares deben cumplir con condiciones básicas de higiene para mejorar la salud colectiva y evitar contagios. Algunas acciones útiles son:
- Clasificar la basura en residuos orgánicos e inorgánicos y usar contenedores con tapa.
- Evitar que los animales revuelvan la basura en la calle.
- Recoger los desechos de tus mascotas y depositarlos en los lugares adecuados.
- Enseñar a los niños a cuidar los espacios públicos y respetar la naturaleza.
- No desperdiciar el agua y usarla de manera responsable.
Higiene en el trabajo y en las escuelas
Pasamos gran parte del día en el trabajo o en la escuela, compartiendo con muchas personas. Por eso, estos espacios pueden ser un foco de propagación de enfermedades si no se mantienen hábitos de higiene adecuados. Para prevenir contagios, se recomienda:
- Lavarse las manos al llegar y al salir del lugar.
- Al estornudar, cubrirse con el antebrazo.
- Asistir limpio y aseado todos los días.
- Lavarse las manos antes y después de comer, y después de ir al baño.
- Mantener limpio el lugar donde se comió, recogiendo todos los residuos.
- Depositar los desechos en los lugares correspondientes.
- Mantener los baños limpios.
- Ventilar regularmente los espacios cerrados.
Recomendaciones
La higiene personal, en el hogar, en la comunidad y en los espacios que compartimos a diario, es fundamental para mantenernos sanos y prevenir muchas enfermedades. Adoptar hábitos sencillos pero constantes puede marcar una gran diferencia en nuestra salud y en la de quienes nos rodean. Educar con el ejemplo y fomentar estas prácticas desde casa es una forma poderosa de cuidar a nuestra familia y a nuestra comunidad.
Recuerda: pequeños hábitos crean grandes cambios. ¡Empieza hoy a cuidar tu salud y la de los demás!