Ser padres por primera vez puede generar muchas dudas. Por eso, aquí encontrarás consejos para padres primerizos que te ayudarán a cuidar a tu recién nacido con seguridad y confianza. Desde la higiene, la alimentación y el sueño, hasta cómo identificar señales de alerta, esta guía práctica te ofrece todo lo que necesitas saber en los primeros días en casa con tu bebé.
Limpieza del cordón umbilical
Durante los primeros días, mantener limpia y seca la zona del cordón umbilical es fundamental para evitar infecciones. Usa agua estéril y una gasa limpia para asear el área suavemente, sin sumergir al bebé en agua hasta que el cordón se caiga, lo que suele ocurrir entre los 10 días y las 3 semanas. Es normal que cambie de color (amarillo a marrón o negro). Consulta al médico si observas enrojecimiento, secreción o mal olor.
Cuidados de la circuncisión (recién nacidos varones)
Si tu bebé ha sido circuncidado, deberás limpiar suavemente la zona con agua tibia y aplicar vaselina con una gasa limpia en cada cambio de pañal. Evita toallitas húmedas. Si observas ampollas, pus o aumento del enrojecimiento, consulta al pediatra.
Alimentación del recién nacido
La leche materna exclusiva es lo ideal durante los primeros seis meses, siempre que sea posible. La primera leche (calostro) es amarilla y rica en nutrientes. Ofrece el pecho a demanda, cada 2-3 horas o cuando el bebé muestre hambre (llanto, succión, llevarse las manos a la boca). Si la lactancia no es viable, tu pediatra te indicará la mejor opción de alimentación.
Baño del recién nacido
El baño puede hacerse a diario o cada dos días, según cómo se sienta el bebé. Prepara todo antes de comenzar: bañera con 15-20 cm de agua a 36-38 °C, habitación cálida, toalla suave y jabón con pH neutro. No dejes nunca al bebé solo. El baño puede ser un momento de conexión si se realiza con calma.
Sueño y descanso seguro
Siempre acuesta al bebé boca arriba para dormir y evita mantas, almohadas o peluches dentro de la cuna. Cambia la posición de su cabeza cada noche para prevenir plagiocefalia (aplanamiento de la cabeza). Dormir seguros es clave para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante.
Cambio de pañales
Cambiar el pañal será parte de tu rutina diaria. Lava tus manos antes y después. Ten a mano todos los elementos (pañal limpio, crema protectora, toallitas húmedas). Usa pañales de la talla adecuada y observa si hay irritación. Un buen cuidado evita la dermatitis del pañal.
Cólicos del lactante
Es normal que el bebé llore por hambre, sueño o cambio de pañal. Pero si el llanto es intenso, prolongado, sobre todo al final del día, y no se calma fácilmente, podría tratarse de cólicos. Consulta al pediatra para descartar otras causas y recibir orientación.
Rutinas básicas para el bebé y el hogar
Establecer rutinas ayuda al bienestar del recién nacido y facilita la adaptación familiar. Crea ambientes tranquilos, observa sus señales y mantén flexibilidad. Con amor y paciencia, irán encontrando el ritmo propio.
Señales de alerta a tener en cuenta
Consulta al médico si tu bebé presenta:
- Ausencia de orina o deposiciones.
- Temperatura rectal mayor de 38 °C o menor de 36,5 °C.
- Respiración rápida (>60 por minuto), quejidos o silbidos al respirar.
- Hundimiento de costillas al respirar.
- Supuración o mal olor del cordón umbilical.
- Ictericia intensa (piel oculares amarillos).
- Llanto persistente e inconsolable.
- Somnolencia excesiva o rechazo a alimentarse.
- Diarrea o piel pálida.
Recomendaciones finales
Manejo emocional:
Es normal sentirte abrumada(o). Habla con tu pareja, familiares o profesionales si lo necesitas. No estás sola(o).
Red de apoyo:
Rodéate de personas que te escuchen y apoyen. Conectar con otros padres puede hacer la experiencia más llevadera.
Autocuidado:
Prioriza también tu bienestar. Descansar, alimentarte bien y pedir ayuda te permite cuidar mejor de tu bebé.
Recuerda: los consejos para padres primerizos ayudan a vivir esta etapa con más confianza. Escucha a tu instinto, busca información confiable y consulta al pediatra ante cualquier duda.